Trabajadores VI

 

Con el casco caído de la cabeza apretando la tráquea con la correa
Arrastrándote hacia el regazo de la tierra tú no eres su hijo
El campo de petróleo no es la Madre Tierra pero tú estás tumbado de espaldas
Sobre los terrones pintados como minerales coloreados por la placa de petróleo
Que cubre todo en este paraíso artificial grandes piedras preciosas
En un desconsolado Jardín de las Delicias velo de Midas
Cubriéndote a tí hombre de hojalata de camino a la ciudad esmeralda empujado
Por la erupción de espaldas en un estupor con la vaga esperanza de conseguir un corazón

Tú contemplas en un involuntario e improductivo instante
De parálisis motora pero con la conciencia salvaguardada
Una condición de la que en principio estás privado y que de hecho
Para ti está prohibida sin que sepas que está prohibida y que estás privado de ella
A la vez en una postura semifetal y como caído de espaldas
De camino a Damasco tú ves el fantasma de la descomposición anaeróbica
De restos de organismos mezclados con barro enterrados bajo peso
De un estrato de sedimento licuados por un calor y presión monstruosos

Brotar en el desierto de la captación de petróleo
Sin que las piedras se conviertan en panes.

 

Traducción del búlgaro al español de Marco Vidal

 

 

 

 

 

 

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